"Creo que deberíamos preocuparnos [...] por un aspecto de la psique moderna: su evitación a toda costa de cualquier sufrimiento. El futuro del alma -o de la psique- parece encaminado claramente al intento masivo de erradicar el sufrimiento, ya sea mediante la medicina, las terapias verbales, la práctica de la meditación, los encuentros anónimos o la industria de la autoayuda. Todas y cada una de las formas de sufrimiento (la baja autoestima, los abusos, la ansiedad, el divorcio, el acoso laboral) deben desaparecer. Nuestra psicología se ha vuelto altamente funcional, utilitaria y positiva. El resultado de esta tendencia es paradójico, pues la psicología y la medicina han desplegado un enorme arsenal de recursos para la reducción del sufrimiento, pero es precisamente este intento masivo de erradicarlo del cuerpo y de la psique de la sociedad lo que ha generado una plétora -y un interminable discurso- de 'víctimas', de personas que no son solo víctimas de la maldad de otros, sino de sus propias psiques débiles o heridas."