En Cuestiones fundamentales de la sociología, texto hasta ahora inédito en castellano, Simmel sitúa el campo de investigación de esta disciplina como el espacio intermedio donde se produce el constante fluir de la interacción social, donde los encuentros generan actitudes y rituales, tanto en situaciones previstas como casuales y espontáneas. Por eso, Simmel incluye en su perspectiva sociológica fenómenos hasta ese momento desatendidos, como el secreto, el amor, la amistad, el adorno, el vestir, los perfumes, la hostilidad y la hospitalidad, la fidelidad y la gratitud.
Al evitar el estilo científico académico, Simmel crea un nuevo tipo de ciencia, que partiendo de una interrogación epistemológica y ontológica es capaz de proporcionar estructuras cognitivas sólidas acerca de las formas empíricas de lo social. De ahí que su «sociología formal» desemboque en una «sociología filosófica», desde la que plantea tres grandes oposiciones no superadas: entre individuo y sociedad, entre libertad e igualdad y entre socialismo e individualismo. Integrar estos contrastes en una síntesis es la gran tarea del futuro, «…una vez que el primado de las formas deje de ser patrimonio de la economía».