La construcción de poder y los mecanismos de dominación en el ámbito de la cultura son el eje de este célebre trabajo de los influyentes pensadores franceses. Y lo hacen empleando una metodología en la que convergen la indagación empírica con la crítica política y social en un enlace de proporciones justas.
Valiéndose de estadísticas y estudios de campo, Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron demuestran aquí que las instituciones escolares, lejos de afianzar los principios democráticos y formular posibilidades igualitarias, actúan otorgando títulos y reconocimiento a quienes pertenecen a sectores socioculturales y económicos privilegiados. Así, ponen en funcionamiento la exclusión de las clases más desfavorecidas o su estancamiento en ciertas disciplinas a partir de la restricción de elección. En este sentido, el sistema educativo reproduce y refuerza las desigualdades sociales de origen, a las que concibe como dones naturales irreversibles.