Después de ser condenado a diecisiete años de cárcel por su participación en el sonado caso Scala, proceso estatal encaminado a destruir la amenaza del movimiento libertario, sutraslado alacárcelde Ocañatiene la intención de doblegar su voluntad luchadora. Allí sufrirá interminables y continuadas palizas, torturas y vejaciones durante cuatro meses, dos de ellos en celdas de aislamiento, conocidas como «el Tubo».