En su origen, los derechos humanos están unidos a luchas
instituyentes, a procesos de vindicación que anteceden
a la creación de toda norma o legislación. No obstante,
al delegar su cumplimiento en las instituciones, su
carácter como defensas históricas y de creación continua
queda sustraído de aquello que les da significado. A partir de este horizonte, David Sánchez Rubio propone
devolver esta cualidad instituyente a los derechos humanos,
para ligarlos a una praxis continua que atienda las
necesidades y corporalidades humanas sin excepciones,
y con el menor grado posible de abstracción.El presente libro no contiene tesis definitivas; están en
construcción. Parten del formal extrañamiento ante el
secuestro de la capacidad de lucha constituyente popular
y de la acción cotidiana. ¿En qué momento se sustrajo
la participación social de los procesos constituyentes
y legislativos? La capacidad de la sociedad civil para
implementar sus propios sistemas de garantías dentro
o fuera del marco legal debe ser restituida no para
atentar
contra las normas, sino para complementar la dimensión
institucional que sólo concibe derechos humanos
de manera post-violatoria; es decir, una vez que se
han quebrantado. Un fuerte compromiso ético por lo humano
y sus condiciones dignas de existencia junto con
la naturaleza fluye en este intento, dirigido a insuflar la
defensa y la construcción diaria del derecho.