Enamorarse es uno de los acontecimientos más enriquecedores de la vida afectiva de las personas. Enamorarse de alguien, de una actividad, de un proyecto, es vivir más, sufrir más, saberse más uno mismo, una misma. Enamorarse, además, es una actitud ante la vida, una manera de renovarse constantemente, de vencer el miedo a la muerte. Sabemos que el amor puede volvernos locos y conducirnos a situaciones extremas. En su nombre somos capaces de cometer desde la mayor heroicidad hasta la mezquindad más aborrecible. O ambas cosas, una tras otra, en la misma secuencia.