Una visionaria novela donde la humorada con el anarquismo, los toros, con lo catalán y lo manchego, realiza un retrato sin igual y actualísimo del puzle español.
Una joya oculta de la literatura taurina, y por ende, de las letras españolas, que realiza una reflexión totalmente actual del debate identitario en España.
Traducida por primera vez integra y fielmente del catalán y presentada por Juan Carlos Rodríguez, especialista en la obra de gran modernista Santiago Rusiñol.
El catalán de la Mancha fue publicado originalmente en 1914, en catalán, por Santiago Rusiñol. Este pintor modernista, amigo de Picasso, desvela aquí sus dotes literarias con una novela que con soterrado humor indaga en temas tan aún de actualidad como la identidad y la ideología –y que aparece aquí por primera vez en traducción fiel al original–. En primer plano, un anarquista catalán que abandona la metrópoli y recala en un pueblecito manchego dedicado a la agricultura, a cuyos habitantes quiere convertir a sus ideales revolucionarios. Como telón de fondo, los molinos quijotescos y la simiente que el paisaje y el paisanaje siembran en el foráneo, todo ello representado por la afición a los toros. Rusiñol, asiduo a la Fiesta y amigo de muchas figuras del toreo, se sirve de cierta inspiración en un caso real y de su graciosa imaginación para trazar un retrato sin igual del puzle español y sus distintas piezas. El catalán de la Mancha es una joya oculta de la literatura taurina y, como no podía ser de otra manera, también de las letras sobre nuestro país, sus paisanos y distintos parajes.