"Un libro estremecedor. Contenido y terrible. Una voz indefensa y llena de culpa, vulnerable pero dolorosamente consciente". Marta Sanz
Una noche Hugo, el hijo de veinte meses de María y Rafael, aparece flotando en la piscina de la casa de Miami. Al haber estado sin oxígeno entre tres y cinco minutos en aguas tan cálidas, queda en muerte cerebral irreversible y, aunque los médicos lo desahucian, el pequeño se aferra a la vida en estado vegetativo. Rafael propone entonces matar al niño, él lo matará.
Lejos de su país y de la guía de su familia, con una segunda hija recién nacida y superada por tanta exigencia, María no ve posible más respuesta que el silencio. Una postura que sabe que la hace cómplice, pero que es la que rige desde un inicio la relación con este hombre treinta años mayor que ella, posesivo y desconcertante, y al que, sin embargo, idolatra.