Coordinado por Bru Laín.
Autoras: Marc Aparicio Wihelmimaría, Julia Bertomeusé, Bastien Broca, Rosa Congost, Pablo Caotarelo Álvarez, Luis González Reyes, Verena Lenna, Ana Méndez De Andrés Aldama, Jordi Mundó, Sebastià Riutort Isern, Victoria Sánchez, Belardoguy Standing
Si los bienes comunes encierran un importante potencial democratizador, ¿por qué parece tan difícil construir entorno a ellos un programa de movilización para el conjunto de las clases trabajadoras? Y si no son más que un instrumento jurídico para regular el uso y la gestión de ciertos recursos, ¿por qué levantan discusiones políticas tan acaloradas?
Ni público, ni privado, sino común es una consigna que pude capturar el sentir de una parte mayoritaria de la ciudadanía. Pero produce ciertos interrogantes: ¿responde la propiedad pública a la gestión estatal, centralizada y jerárquica? ¿Se basa la propiedad privada en un derecho individual, exclusivo y despótico? ¿Y los comunes? ¿Son efectivamente un tercer tipo de propiedad? ¿Constituyen la propiedad pública, la privada y la común tres regímenes antagónicos? Los bienes comunes no son una creación espontánea, sino arreglos jurídicos y sociopolíticos que cristalizan históricamente junto a los estados y los mercados. Por ello, solo pueden constituir el tercer vértice de una tríada irreconciliable en la medida en que concebimos «lo público» y «lo privado» de un modo estanco y abstracto, rehén del marco conceptual y de la coyuntura interpretativa dominante de nuestra época.
Disputar «lo público» y «lo privado» en sentido destituyente para tratar de instituir modos más democráticos de producir, administrar y distribuir recursos es una necesidad acuciante en un momento en que el capitalismo se ha arrogado los medios de producción, pero también el significado de los conceptos que conforman el campo semántico de los movimientos emancipatorios. Este libro contribuye a revertir esta dinámica.