En momentos como el actual y en territorios como el nuestro, en los que la lucha política contra el racismo es instrumentalizada y reducida a un medio de vida y a moneda de capital simbólico, es necesario tomar contacto con el trabajo que realizaron quienes se jugaron la vida o incluso la perdieron combatiendo el racismo de forma completamente independiente. La perspectiva de quienes estudian y combaten el racismo entendiéndolo como problema global/local ligado al imperialismo, al colonialismo, al capitalismo y a la modernidad occidental nos sigue resultando imprescindible. Al mismo tiempo, esa lucha por la justicia debe ser lo suficientemente amplia y sensible como para que, en ella, nuestras espiritualidades puedan recobrar su sentido ancestral en el latido emancipatorio que, en realidad, les corresponde: nuestro deseo de liberación. Nada nuevo, entonces. Muchas voces ya lo hicieron. Malcolm X es uno de los ejemplos más brillantes. Es a ese cometido al cual dedico el esfuerzo contenido en este libro, parte de un trabajo ético-político que sigue actualmente su curso, Religión vs. Revolución. Malcolm X, mus