Este trabajo supone la elevación a escrutinio público de la travesía personal del autor por algunos de los dominios que atraviesan la arquitectura. De manera particular, da cuenta en clave crítica de sus 20 años de experiencia docente en una universidad pública española. A su vez, reclama para las aulas la posibilidad de recrear afirmativamente un futuro deseable desde un desenvolvimiento ético y creativo, a la búsqueda de aquellas condiciones de posibilidad que ayuden a la reconstrucción de una ciudadanía y de un entendimiento de lo que nos es común, a partir de un instrumental que llamamos arquitectónico. Y lo hace negando cualquier atisbo de escepticismo a que la docencia del proyecto de arquitectura pudiera conducir. Por lo tanto, su contenido pertenece al ámbito de lo vivido. En nuestro deambular académico, se pone de manifiesto continuamente cómo el momento universitario, que atraviesa tanto a estudiantes como a profesores, es particularmente idóneo para mediar entre unas prácticas conocidas y un futuro que se quiere hacer realidad a partir precisamente de la incorporación arriesgada en las aulas de las pertinencias incómodas de un presente siempre radical. En este juego, las experiencias tanto de profesores como de estudiantes parecen articularse desde unas inteligencias ávidas por cuestionar, desde la intimidad que provee el aula, los pactos sobre los que en cada tiempo descansa la reflexión arquitectónica. Este libro pretende aprovechar esa oportunidad.