El -Tratado de la reforma del entendimiento y del camino que mejor conduce al conocimiento verdadero de las cosas- es la generosa exposición, meditada e inconclusa, de una primera persona reflexionando ante su propia experimentación. No es un antes ni un después sino el apego apacible a una duración testimoniante. El "Tratado de la Reforma" no se presenta como un conjunto inacabado de reglas para el vivir bien, no es el borrador preliminar de ninguna obra mayor impresa y finita, consagrada luego en una sí definitiva Ética de vida. Se lo comprende al modo que mejor supo ver su ya fiel introductor: "Una idea reúne a estas dos obras separadas por el tiempo (...) la idea que ha enseñado su filosofía, que ha encarnado su vida: la idea de la verdadera felicidad del hombre, de la felicidad del hombre libre". Ángulos, cortes y líneas de una filosofía -arte racional/ciencia vital-, en su doble y único esfuerzo por discernir el (re)medio más adecuado para corregir un mal/estar y darse a conocer en las tácticas que procuran el buen/vivir. Será en esta oportunidad una fidelidad contemporánea a la presente edición del