A "La habitación amarilla" acuden la memoria fragmentada, las iluminaciones de un futuro deseado, los sueños, el amor, la muerte y las pesadillas. Suñén nos ofrece en este libro una lente a través de la que contemplar el mundo. Pero no el mundo plano de lo visible y sabido sino la verdad poliédrica, la historia cargada de emociones y certezas y, a la vez, de incertidumbres y certezas.