El desabastecimiento europeo de combustibles obliga a Lucio a migrar a Marruecos para trabajar como operario en un parque eólico. Pronto, su soledad y agotamiento se verán aliviados con las lecturas que le provee Azucena, una amanuense que tiene su puesto en el mercado de Fez: un texto teatral protagonizado por la activista queer Marsha P. Johnson, una novela sobre una colonia textil a cuyas trabajadoras se les borra la memoria, un poemario azarosamente construido a partir de versículos sufíes. Las tres historias, aparentemente evasivas y dispares, se trenzan carnalmente con la dolorosa vida del protagonista, contaminan su cotidianidad, le prenden nuevas luces e inauguran insólitos territorios en su cuerpo.
De la luz negra se despliega como un libro dentro de un libro dentro de otro libro. Un juego de espejos celulares, un canto a la materialidad de las narraciones y de los afectos, a la camaradería sin semejanza. Una escultura textual con la que iluminar las vulnerabilidades que compartimos seres tan dispares como Lucio, Marsha P. Johnson, el santo sufí Rumi o tú misma, ahora que lees estas palabras.