Antonio Gramsci Jr. no sabía apenas nada de su abuelo y, a decir verdad, a aquel joven apolítico de entonces, que estudiaba música y biología en la Unión Soviética, tampoco le interesaba demasiado descubrirlo. Un viaje a Italia y la visita a los lugares de la memoria gramsciana le reconciliaron con sus fantasmas. Desempolvó los archivos familiares donde habitaban en el olvido fotografías, cartas y memorias. La recopilación de los múltiples documentos y el recuerdo de viejas historias, que de niño espiaba en las conversaciones de los adultos, le permitieron descubrir quién fue Antonio Gramsci, mientras por el camino fue también descubriendo la historia de los Schucht, una familia aristocrática que renunció a sus privilegios para participar activamente en la Revolución Rusa.
Las vidas de Gramsci y de los Schucht se cruzaron como se entrecruzan sus historias en este libro, que dialogan para reconstruir su memoria compartida y para presentar a Gramsci a través de la mirada de su familia política: su mujer Giulia y sus hermanas Eugenia y Tatiana, su yerno Apollon, sus hijos Delio y Giuliano y, finalmente, su nieto Antonio Gramsci Jr. Un coro de ausentes y presentes de cuyas voces se hace eco el autor para reconstruir ese rompecabezas que fue la vida –y la muerte— del más influyente pensador italiano del siglo xx, pero también para reivindicar su legado teórico y político en un momento histórico en el que el viejo mundo no acaba de morir y el nuevo mundo no termina de nacer.
