Repensar la política como arte estratégico, superar la mera repetición de los textos de los clásicos del marxismo y del pensamiento crítico, dialogar con ellos y sus contemporáneos en medio del nuevo período histórico que nos ha tocado vivir.
Ésas son algunas de las principales preocupaciones que recorren la obra de alguien que se esforzó por contribuir a una racionalidad histórica alternativa, construida a través de los conflictos que surgen en torno a las relaciones de dominación, depredación y explotación que perviven y se agravan en este planeta. Una tarea necesaria en medio de una época en la que los y las de abajo dudan entre el miedo y la cólera; el miedo legítimo al paro y a las consecuencias sociales de una crisis inédita, y la cólera ante las injusticias y las desigualdades.