Primera antología poética de una de las voces de mujer más reconocidas del panorama norteamericano actual, acaso su mayor logro resida en su capacidad de visionar a partir de la contemplación o del recuerdo, esto es, de entrever, a través de esa cotidianeidad y mediante una serenidad atenta, exenta de todo elemento trágico, aunque sí grave, ese otro lado u otro mundo que resulta de darle la vuelta a lo que parecía más inocente, una obertura musical o una clase de ética, por poner sólo algunos ejemplos. Esta cualidad visionaria de Pastan es lo que proporciona a su poesía un peso inusual consecuencia no ya tan sólo de una genuina intuición poética, sino además de la permanente conciencia de una existencia fugaz. Una vida que se sabe "transcurriendo". Diríamos pues que Pastan es maestra en la llamada "imaginación visionaria", esto es, en la capacidad para estar inmersa en lo incierto, en el misterio, en la duda, sin esa constante intromisión de los hechos o de la razón.