Con Haz lo que te digo, cuarto libro de la autora, Miriam Reyes alcanza su madurez poética. Es como si después de bucear en las entrañas del yo, de degradar al sujeto más allá del límite de lo grotesco y de recuperar su propia genealogía deformada, la poeta entendiese que solo con la semántica del cuerpo no podía abarcar la complejidad del diálogo. Así, decide cerrar su diario de la negación para construir un modelo comunicativo. Y quizá el imperativo del título sea señal de esto: Haz lo que te digo no representa un acuerdo de sumisión en una relación, sino una invitación a la transgresión que tenemos que aceptar para disfrutar de la lectura. FRANCESCO ARDOLINO