Territorios (1978) es un libro homenaje que Julio Cortázar quiso hacer a los artistas a los que admiraba, que le habían obligado a aceptar la libertad como único territorio habitable.
Analiza, desde su subjetividad, la obra plástica de 17 creadores y sus 17 territorios, procedentes de ámbitos plásticos muy diferentes, hasta formar un libro-collage, como también lo son La vuelta al día en ochenta mundos y Último round. Asoma el Cortázar crítico cuyos ensayos también expresan su poética desde otro ángulo, pero con igual intensidad.
Cada uno de estos territorios es una verdadera pieza maestra en donde conviven poesía, cuento y crítica. Revoluciona el ensayo y lo convierte en un orden literario de máxima libertad formal volviéndose contra la imparcialidad y la impersonalidad que lo caracteriza, haciéndolo narrativo y manteniendo el difícil equilibrio entre pensamiento crítico e imaginación poética.