Emma Woodhouse no es la típica heroína de Jane Austen: no es dependiente, no tiene un status y una economía precarios, y no necesita, para asegurar su futuro, cazar marido (a ser posible uno que la ame y al que ame). Al contrario, es una joven «bella, inteligente y rica», que no aspira al matrimonio («una mujer soltera poseedora de una buena fortuna es siempre respetable»), y que rige como por derecho natural los destinos de la pequeña comunidad de Highbury. «El arte de Jane Austen ?dijo Thornton Wilder en 1938? es tan consumado que oculta su secreto. Uno puede mirar con lupa sus novelas, darles la vuelta, desmontarlas; nunca sabrá cómo están hechas.»