Un jefe acabao en la cárcel no sirve ni pa limpiar letrinas, Calzones, porque él es la mierda. La mala suerte lleva a un funcionario de prisiones novato a presentarse en la cárcel de Sevilla el mismo día en que se produce un motín de presos. Enredado en un destino tan caprichoso como trágico, que lo obliga a utilizar al máximo los recursos de su inteligencia, este hombre va descubriendo que no es tímido, que no es débil, que quizá ni siquiera es un hombre bueno, como siempre había creído: es un superviviente nato al borde del abismo. Escrita con un habilísimo manejo del punto de vista y de la voz narrativa, Celda 211 renueva el tema del hombre que se ve obligado a sobrevivir fuera de su medio poniendo al límite sus capacidades, abordándolo desde el género negro carcelario, desconocido hasta ahora en España. Se convierte, así, en una obra que da a nuestra narrativa exactamente lo que estaba necesitando: un argumento de tremenda contundencia, plagado de giros en la trama, y un personaje camaleónico arrastrado por un destino de intensidad trágica. ¿Quién da más?