Valerina Diana Vivour es una joven fernandina de Guinea Ecuatorial que enviaron a estudiar a Barcelona a primeros de la década de 1930. El lector descubre su historia al mismo tiempo que la protagonista, sintiendo su misma indignación cuando casi al final de su vida, Valerina se presenta en una comisaría de Barcelona para denunciar una agresión racista. En esta apasionante novela, Ávila Laurel nos guía por la autoconciencia de ser africano en Europa, desde una mirada y experiencia de mujer. El autor nos explica cómo eran aquellos tiempos en la colonia, por qué enviaron a Valerina a estudiar a Barcelona, cuáles fueron sus experiencias en las Mercedarías, su relación con sus parientes y otros jóvenes como ella, la enigmática relación que guardaba con su madre y, sobre todo, su conciencia de ser, claramente marcada por sus genealogías de clase y sexo. Y es que la racialización de las migraciones establecidas en la ciudad acabó borrando las huellas de Valerina, su íntimo ser, despertando su necesidad de explicar al mundo quiénes habían sido ellos y quién era su familia, en un relato que entrecruza las experie