Un reino ficticio, un heredero orgulloso, una joven bohemia, un periodista entrometido, un vagabundo violinista y todos ellos pendiendo del devenir de un amor prohibido. Emilia Pardo Bazán conjuga, con su habitual maestría, un romance enfrentado a los convencionalismos sociales con una trama de intrigas palaciegas. Así, espías y cicerones juegan sus cartas en El saludo de las brujas al ritmo del estilo realista tan característico de la escritora gallega. Curiosamente ella misma experimentó una relación sentimental semejante con el novelista Benito Pérez Galdós años antes de la publicación de la obra.