Una plaga de insectos voladores azota, como una funesta señal, una ciudad indefinida en un presente abstracto. Enjambres negros y vibrantes manchan el cielo metálico espesado por una ola de calor asfixiante, durante la cual la violencia se dispara y los suicidios se multiplican exponencialmente.
Para escapar a la sinrazón de los ataques callejeros, a la podredumbre moral, al delirio colectivo, al miedo masivo que consume la civilización y saca a la luz los instintos más bajos del hombre, cinco jóvenes se refugian en una casa perdida en el interior de un bosque, a salvo de la mirada inquisidora de las autoridades corruptas y del infierno de abyección en el que está sumida una sociedad al borde de la desintegración.
En esta condición de clausura voluntaria, los cinco amigos se confrontarán con la soledad, con sus propios demonios, temores, aspiraciones y recuerdos en una atmosfera onírica y nebulosa en vilo entre el reino de la vida y el de la muerte.