«Si no he de conocerte nunca, haz al menos que te extrañe.»
La vida es un juego caprichoso de encuentros y desencuentros y las cosas pasan cuando tienen que pasar. A Abuela, por ejemplo, todo le llega con retraso, cuando ya no espera nada de la vida: un matrimonio tardío con un hombre que se casa con ella sólo para saldar una deuda con la familia que le hospeda, o un amor que le llega inesperadamente en un Balneario, adonde ella acude para tratar esos odiosos cálculos renales, causa de sus continuos abortos: su «mal de piedra». Este mal terminará identificándose con esas piedras que todos llevamos dentro… Nudos, heridas que parecen no disolverse nunca y con las cuales nos vemos obligados a convivir. ¿Cómo curarlas? Abuela tendrá la suerte de encontrar al Veterano. Los demás tendremos que vivir para descubrirlo...
Una novela perfecta, un diamante tallado con gran sabiduría y elegancia.