Figura que poco a poco pero con fuerza incontenible ha ido haciéndose en el último siglo con un lugar descollante en la lírica universal, Emily Dickinson (1830-1886) se revela como poeta inclasificable, aunque imprescindible, pues pocas figuras han transitado como ella por el sutilísimo filo que separa el ser del no ser, el exterior del interior, la plenitud del vacío, la palabra del silencio. La presente antología bilingüe reúne ciento un poemas que, pese a tomar como criterio preferente su imagen más "gótica", la más decadente y fuerte, la que justifica su lugar entre los grandes, la que más se acerca a nuestra modernidad, incluye asimismo, como necesario contrapunto, algunas de sus composiciones más tempranas y amables.
Selección y traducción de Amalia Rodríguez Monroy