«Señora, no soy Sisebuto; soy el alma de Póstumo en el cuerpo de aquel. Los dos morimos y se me permitió resucitar en el cuerpo de mi enemigo para venir a ajustar a usted las cuentas en este mundo.»
Ante la mezquindad, en esta novela se apuesta por la carcajada en personajes inolvidables como don Horóscopo, que conoce lo por venir; Perpetuo Paquidermo, inmortal; Cósmico, que recuerda todas sus vidas pasadas; la señora de Doble Anzuelo, los ángeles custodios, la Dirección General de Encarnadores, Cervantes, el apóstol san Pedro e incluso Dios.