La céntrica piazza Vittorio de Roma es una gran torre de Babel. Sus vecinos, llegados de todos los rincones del mundo, sobrellevan mal que bien su condición de parias. Al refugiado Parviz, apasionado cocinero en su Irán natal que aborrece la pizza, lo echan de todos los restaurantes en los que trabaja como lavaplatos; la cuidadora gorda María Cristina, peruana a la que todos creen filipina, ahoga su soledad en brazos de cualquier desconocido; Iqbal el bengalí, de la tienda de ultramarinos, decide llamar a su hijo Roberto, tratando de buscarle un mejor destino que el suyo y Benedetta, la xenófoba portera napolitana, prohíbe a los inquilinos utilizar el ascensor. Solo Amedeo, un italiano misterioso y «más bueno que el zumo de mango», consigue darles algo de consuelo a todos. Hasta que un día desaparece. El mismo día que Lorenzo Manfredini, el Gladiador, es asesinado en el ascensor.
Una tragicomedia coral sobre la vida de los nadie; una aguda reflexión, en clave de sátira, sobre la multiculturalidad y sobre las enormes brechas que esta abre en nuestras sociedades actuales, en nombre del miedo y de la cerrazón de miras.