A mediados del siglo XIX, numerosos rusos, liberales y anarquistas, se exiliaron y se esparcieron por Europa en pequeños grupos, reuniéndose a veces para discutir sus teorías políticas y publicar llamadas a la revolución que debía poner fin a la autocracia zarista. Artistas de la conspiración, vivieron intensamente sus dramáticas existencias, bajo la amenaza del servicio secreto ruso. Algunos, como Aleksandr Herzen, han sido posteriormente admitidos en el panteón marxista; otros, como Bakunin, fueron agitadores valiosos en la primera etapa de la revolución, pero muy probables candidatos a una ejecución sumaria en la segunda. En la mayoría de ellos, el fervor revolucionario iba unido a un incorregible romanticismo. E. H. Carr, uno de los mayores especialistas en la historia de Rusia, escribió un libro inhabitual ?una acertada combinación de historia y anécdota? en el que se desenmarañan algunas de las turbulentas historias de aquellos exiliados románticos. Esta nueva edición incluye una presentación a cargo de Pere Gimferrer. «Una obra maestra de la biografía, llena de vida, apasionante y profunda» (Francis Steegmuller); «Herzen, Bakunin y Ogarev (¡y tantos otros!) tendrán, tienen, su lugar en la historia política. Por obra del libro de Carr han accedido también al nivel en que ?no tan paradójicamente? son tan reales como los seres de ficción, si es que la expresión no se me tacha de bizantina. No menos que Monsieur De Charlus o Rastignac, Julien Sorel o Raskolnikov, los exiliados románticos forman ya parte de nuestros recuerdos con esa intensidad de personas conocidas que tan borrosamente tienen a menudo las que hemos conocido en la vida real» (Pere Gimferrer).