Los estudios amaziges tienen su origen principalmente en la época colonial. El interés de estos estudios era el de mostrar a las potencias coloniales el conocimiento adquirido sobre estas. Este interés no estaba motivado por una voluntad de desarrollar esta lengua y dotarla de un estatuto que no tenía entonces. De hecho, en todo el tiempo que duró la colonización europea en el norte de África en ninguna escuela indígena se impartieron clases de bereber, ningún periódico se imprimió en esta lengua y nunca se permitió el uso de este idioma en contextos oficiales. No sorprende, entonces, que este campo esté ocupado casi exclusivamente por investigadores europeos. Sin embargo, no se puede negar que, sin ser su objetivo inicial, esta política ha contribuido enormemente a salvar una parte sustancial del patrimonio oral lingüístico y cultural amazige. Un legado que el autor recoge y nos muestra en esta obra de forma temática.