¿Cuándo se autorizó la degradación de la democracia española? Si la Transición fue tan perfecta, ¿por qué se muestra tan débil y con tan escasa calidad la democracia en curso? ¿Por qué los dirigentes políticos muestran tanta falta de respeto a la ciudadanía? ¿No nos habíamos librado gracias a la Transición del esperpento nacional y el sainete político? Mientras una España oficial insiste en las bondades de la Transición, a millones de ciudadanos y ciudadanas se les hace insoportable la versión de unos hechos que oculta lo más digno de aquel esfuerzo y ensalza lo más banal. De esa ausencia de alternativas nació el 15-M. La quiebra del régimen anclado en la Constitución de 1978 reclama poner en marcha todo lo que no se hizo en su día. Y si la Transición fue una "correlación de debilidades" con resultado de fraude, una "segunda transición" hecha con las mismas armas melladas conduciría, sin duda, a los mismos callejones sin salida. Como afirma Juan Carlos Monedero, sin demócratas convencidos y exigentes no hay democracia, y esa convicción necesita, para construir un relato que devuelva al pueblo su protagonsimo, terminar con la versión oficial de la Transición.
Segunda edición revisada y aumentada.