A la literatura africana le ha sentado bien la globalización. Su naturaleza oral, su función lúdica y al mismo timepo educativa, su arraigamiento en lo cotidiano para cosechar fantasía ha venido a suplir el vacío provocado tal vez por el intelectualismo creciente en la literatura occidental.
Inongo-vi-Makome, escritor camerunés, residente en Barcelona recrea en Akono y Belinga un mito sobre fidelidad ambientando en ambas selvas: la africana y la selva de hormigón occidental. Akono y Belinga, como toda obra admite infinitas lecturas:desde el más puro y emocionante relato infantil hasta el simbólico y duro desencuentro cultural.