Tres, dos, uno... ¡ZUUUUUUUM! ¡Brunilda y Bruno salen DISPARADOS hacia el ESPACIO! Esquivando satélites y platillos volantes, consiguen dar con el PLANETA PERFECTO para tomar el almuerzo. Pero, cuando unas CRIATURAS un poco extrañas deciden apuntarse al convite y comienzan a devorar el cohete, Brunilda ha de recurrir a su magia para volver a casa.