LOS DERECHOS HUMANOS SON MITOS, creencias más que declaraciones de hechos, no obstante desempeñan funciones políticas, para justificar alguna práctica social, movimiento o institución, y en gran medida para justificar la autoridad. En su concepción moderna, los derechos humanos están basados en la naturaleza humana -lo cual evita el problema de Dios-, pero nadie sabe qué es realmente la naturaleza humana, y de ahí la ambigüedad de tales derechos.
A estas alturas se reconoce, aunque a regañadientes, que no existe ningún consenso internacional sobre el concepto de derechos humanos, y mucho menos sobre su contenido, que ni siquiera resulta ser progresista per sé. Estos derechos son una idea relativamente reciente y occidental, que no encaja en la forma en que muchas culturas conciben las relaciones sociales o resuelven sus conflictos tradicionalmente, y a menudo esto les obliga a delegar en instancias superiores. Por otra parte, hay algo intrínsecamente capitalista en el discurso de los DDHH, pues pretende una universalidad y homogenización de las sociedades y del modo de aplicar la justicia (acorde al modelo político y económico del primer mundo), en detrimento de prácticas autónomas.
Ante ello, la sugerencia de Bob Black es: no reclaméis que se respeten vuestros derechos, exigid que se atiendan vuestras reclamaciones concretas, vuestras necesidades e intereses; mejor aún, si podéis, realizadlos vosotros mismos. Todas las victorias se consiguen con lucha social o autogestión, los derechos si acaso vienen después y no aseguran nada por sí mismos.
Esta edición incluye también una selección de otros escritos de Bob Black.