Al levantar la bandera de nación unificada y renacida, los fascistas capitalizaron todos los procesos previos de nacionalización de las masas y de desarrollo de subculturas y teorías al servicio de los imperios decimonónicos y utilizaron, en paralelo, los factores político-culturales específicos de cada país. La transversalidad del sagrado objetivo final permitió un gran eclecticismo y ambigüedad de los contenidos ideológicos, capaces de asumir e incorporar todo aquello que fuera útil, viniera de donde fuera. Así lo hicieron, por ejemplo, con el exitoso reciclaje de virtudes y valores de las sociedades de Antiguo Régimen, como el honor, la capacidad de sacrificio por la comunidad, el liderazgo carismático... Dicha ambigüedad era compensada con una gran relevancia de la parafernalia, el estilo, los métodos de actuación y la estetización máxima de la política, con unas atribuciones y características espiritualistas que permiten hablar, con fundamento, de auténtica religión política.
Este volumen pretende aportar elementos relevantes para la comprensión del fascismo desde diferentes perspectivas: historiográficas, politológicas y de análisis estético desde un mismo enfoque genérico. La comprensión del fascismo como una de las variantes posibles de la modernidad, en radical enfrentamiento contra otras opciones para imponerse y desarrollar una Nueva Civilización alternativa a los regímenes liberal-democráticos y soviético. Solo comprendiendo a fondo el fascismo nos podremos librar definitivamente de él, en cualquiera de las múltiples formas, disfraces o metabolización que pueda adoptar en el presente o en el futuro.