Duelo del amor, duelo de la comunidad de amigos, El culpable
es el libro de una soledad sin refugios. El autor consigna que lo
escribió por un impulso, una necesidad inexorable, ya que nunca antes
había llevado un diario. Encontró así la forma de plantear un
pensamiento que desautorizaba la exposición filosófica y que hacía
posible captar ciertos instantes como excepcionales. Todavía no quiere
ser un método ni logra darles a esos instantes la denominación de
experiencia. Se trata más bien de un cuerpo que escribe y se asoma al
borde de su propio límite. En última instancia, la culpa es un anuncio
de la muerte. Una mujer ha muerto, la guerra mata a millones, aunque los
reduzca al rango de noticia, pero el desesperado sigue escribiendo,
quizá para nadie. Pues si La experiencia interior procura hablarles a
otros, a la comunidad secreta de los que salieron de sí para encontrar
el vacío absoluto, El culpable tan sólo consigna la existencia
de esa nada exterior. La guerra, la burocracia, el encuentro fortuito
son emblemas de la nada. Bataille lo repite: es un libro escrito por el
viento que sopla afuera, cuya intensidad crece cada día, con cada
anotación hecha jirones. Y el viento silba, dice: ¿para qué vivir? Silvio Mattoni