El pensamiento filosófico de Jacques Rancière se enfrenta al diálogo como encuentro, como creación de lo común y como posibilidad del reparto. Se concentra sobre todo, para ello, en los conflictos, los desvíos y los cortes que erosionan su coherencia y su uniformidad.
Al interrogar la política, la estética y las ciencias sociales, Rancière sigue cada vez el movimiento de esas líneas de inconmensurabilidad que sacuden lo común, desorientan las percepciones y desvían el sentido de las palabras. Como observan los editores del presente volumen, "lo que constituye el corazón de su pensamiento es cada vez el trabajo del disenso".
Para recalcar "el aspecto vagabundo de este pensamiento, privilegiando a interlocutores que representan cada uno un registro problemático y un discurso disciplinario diferentes", este libro se ocupa de la lectura que hace Rancière de la historiografía a través de su diálogo con Jules Michelet; del trabajo de archivo con el carpintero Louis Gabriel Gauny; de la filosofía por el sesgo de su lectura de Hannah Arendt; de la política y la relación crítica con Karl Marx, y de la estética y el cine en su diálogo con el cineasta Béla Tarr. Para ello, los editores convocaron a algunos de los más destacados especialistas en la obra del filósofo francés: Georges Navet, Stéphane Douailler, Guillaume Sibertin-Blanc y los mismos Étienne Tassin y Anders Fjeld.