Con estudio preliminar y epílogo de Raúl Rodríguez Freire, traductor del libro, esta correspondencia entre Erich Auerbach y Walter Benjamin resulta muy interesante porque en ella se intercambian, más que profundas ideas filosóficas, desgarradoras situaciones individuales, en las que se manifiesta sufrimiento y descontento ante la coyuntura del momento. Son cartas íntimas, donde incluso en alguna oportunidad Auerbach y Benjamin discuten a propósito de un posible plagio de Fromm a Benjamin. El libro abunda en notas aclaratorias y referencias a las personas mencionadas en las cartas, que son muchas. Estas notas se ubican al final del texto.