Desde que que los Reyes Católicos crearon la Inquisición española, se empezó a utilizar el término alumbrado para designar a cualquier persona que presentase un modo intimista de practicar la fe cristiana y se alejara de los formalismos de la ortodoxia católica
. Ya en las primeras décadas del siglo XVI se habla de los alumbrados para caracterizar a una serie de círculos de espirituales castellanos entre los que se encuentra la protagonista del libro, María de Cazalla.
Mujer autodidacta y profundamente crítica con las convenciones sociales, con ideas transgresoras alejadas de reducirla vida de las mujeres a la maternidad, y de equiparar la sexualidad con el pecado, se convirtió en maestra y dirigente espiritual. Será apresada por la Inquisición en 1532 y sufrirá un proceso y torturas.
Las ideas que defiende a lo largo de su defensa -de gran agudeza y preparación intelectual negada a las mujeres de su tiempo- ante el Tribunal del Santo Oficio toledano sirven de hilo conductor a este ensayo. Estructurado en tres partes, se exponen aspectos históricos de la época, haciendo hincapié en las consecuencias de las distintas transformaciones (culturales, económicas, políticas) de finales del periodo medieval y más en concreto, para las mujeres. En la segunda, se atiende al papel de María como mujer lectora y maestra de hombres, rebelde por tanto de las normas de su época, así como se resumen algunas partes del proceso inquisitorial.
Ya en la última, se pone en relación con el ambiente espiritual del momento, el cual se utiliza como laboratorio para reflexionar sobre las formas intimistas de resistencia frente al gobierno de la conciencia y la nueva subjetividad de la creciente confesionalización de la Monarquía hispana