La Bienvenidas al estado de maravillosa sujeción! Esperen, esperen, un momento! maravillosa decís?, puede algo ser maravilloso cuando aprieta tanto? Y esta sujeción no tendrá algo que ver con los mandatos de género, con la inscripción a las clases sociales, con la invención de las razas, con la heterosexualidad obligada, con la diferencia y la otredad? Pero hasta qué punto estas preguntas no son más que viejas quejas que no tienen sentido en nuestras actuales democracias? Efectivamente, habrá quien crea que en contextos que se autodefinen como paritarios ya no resulta necesario el análisis feminista. Sin embargo, cómo interpretar entonces las cotidianas evidencias de violencias y discriminaciones de género?: ignorándolas y tachándolas de un borrón?; identificándolas como algo meramente individual, que le toca a cada persona según tenga más o menos suerte en la vida?; considerándolas simplemente como simulación colectiva de hordas de feministas histéricas? Nos parece que en los actuales discursos, cuando se aborda la comprensión de las violencias de género, aparecen diversos lugares comu