Cien años después, ser una mujer, política, guerrera, feminista, que hace su trabajo, sigue siendo un desafío. Hoy como ayer, la escritura de las mujeres inteligentes se llena de ironía y humor, clarividencia y confianza.
Clara Campoamor nos enseñó todo esto y más y luego su memoria se perdió, nos la ocultaron en la dictadura y nos la escamotearon en la democracia. Nos han quedado pocos escritos y demasiados enemigos del feminismo, que se han encargado de hacer desaparecer casi toda su obra. Lo poco que se ha conseguido rescatar ha sido sólo gracias a un tremendo esfuerzo y, sobre todo, a mucha solidaridad.