De Berlín a París, de Marsella a Niza… Lugares inolvidables en una época tan convulsa como fascinante, la Europa de los años treinta. Sin embargo, no hay espacio aquí para los grandes monumentos o los recorridos turísticos, para la «banal actualidad», sino que estas páginas nos hablan de las calles más singulares y memorables, de los rincones perdidos y agrietados aunque únicos. Kracauer nos lleva de la mano por callejones oscuros y bares con historia, por cafés y pequeños comercios sin edad. Nos conduce a lugares aparentemente obsoletos donde se expone una mercancía abigarrada y seductora, maravillosa chatarra que también formó parte de aquel universo fragmentario y enigmático: la Europa secreta de su época —de todas las épocas, en realidad—. «La comprensión de las ciudades se enlaza con el desciframiento de las imágenes que ellas ofrecen en un ensueño, sin pensar».
La extraordinaria sensibilidad urbana del mítico escritor alemán y sus evocadoras descripciones animan al caminante curioso a indagar incluso en lo obvio y en lo familiar; para tratar de entender, a través del paisaje urbano, dónde nacen históricamente muchas de sus experiencias. «El valor de una ciudad se mide por el número de lugares que reserva para la improvisación», concluye este privilegiado flâneur, cuyos textos servirían de inspiración a los paseos de su coetáneo Walter Benjamin.