Thomas Frank abunda en los orígenes de un procedimiento que sigue dándose en la actualidad, y cuyos efectos, aunque a veces pasen desapercibidos, tienen un profundo impacto en la evolución de las sociedades occidentales, donde los signos de cambio muchas veces aparecen transformados en una bohemia conformista y en la vacuidad hipster. Y para añadir un toque más perverso a esta relación, Frank desvela otra clave: muchas veces, la intención de revuelta y su asimilación en las dinámicas capitalistas van de la mano, se retroalimentan y colaboran para crear una fantasía en la que lo subversivo pierde su valor más allá de su interés como bien de consumo.