Incluida como capítulo 44 en los “Complementos” al libro IV de El mundo como voluntad y representación, la “Metafísica del amor sexual” constituye una de las aportaciones más rompedoras y originales de la filosofía schopenhaueriana. Oponiéndose tanto a la tradición secular, centrada en la exaltación del erotismo, como a la concepción del amor impuesta por el romanticismo de su tiempo, Schopenhauer desarrolla en este audaz texto una teoría del amor cruda, realista y desengañada, entendiéndolo como una ciega manifestación instintiva de la voluntad de vivir, núcleo central de su metafísica, que busca tan solo perpetuarse a sí misma mediante el engendramiento de las nuevas generaciones. La sexualidad, para Schopenhauer, es la argucia que emplea la especie para prolongarse y perfeccionarse a lo largo del tiempo, utilizando en este proceso a los individuos como simples instrumentos para su fin reproductor, que, al agotarse en su propia dinámica, pone de manifiesto lo absurdo e irracional de la existencia.