Cuando Margaux Cassan se desnuda en el pueblo de Provenza donde va a pasar las vacaciones con sus tíos, su cuerpo se vuelve invisible. La desnudez colectiva practicada por los naturistas, distinta de la que persiguen los nudistas, se traduce en una mirada indiferente y liberadora que arropa a la autora tanto en su infancia en la granja de Bélézy como en su madurez, cuando reconecta con ese modo de vida en busca de alivio para sus fuertes dolores de barriga. Ser naturista significa romper la armadura física que separa la piel de los elementos que la rodean; además de una transgresión, se trata de un ejercicio consciente por recuperar la narrativa del propio cuerpo, sin la interferencia del deseo que otros proyectan sobre el mismo.
Las memorias de la autora se entrelazan con la historia del naturismo como teoría política, filosofía y estilo de vida en este ensayo híbrido que cuestiona, en cada página, el significado de la desnudez para una sociedad obsesionada por los cuerpos. En un mundo donde la ropa sirve tanto a intereses pudorosos como a la hipersexualización, Vivir al desnudo muestra otra manera de desvestir el mundo.
"Me gustaría contar cómo la desnudez camufla, cómo la ausencia de ropa debilita el erotismo, cómo las relaciones de dominación que a menudo determinan el vínculo entre hombres y mujeres se evaporan como por arte de magia cuando todo el mundo circula al desnudo".