Las ciudades invisibles se presentan como una serie de relatos de viaje
que Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros... A este
emperador melancólico que ha comprendido que su ilimitado poder poco
cuenta en un mundo que marcha hacia la ruina, un viajero imaginario le
habla de ciudades imposibles, por ejemplo una ciudad microscópica que va
ensanchándose y termina formada por muchas ciudades concéntricas en
expansión, una ciudad telaraña suspendida sobre un abismo, o una ciudad
bidimensional como Moriana... Creo que lo que el libro evoca no es sólo
una idea atemporal de la ciudad, sino que desarrolla, de manera unas
veces implícita y otras explícita, una discusión sobre la ciudad
moderna... Creo haber escrito algo como un último poema de amor a las
ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades.