Son tan actuales hoy los cuentos de Emilia Pardo Bazán porque a su talento literario y su imaginación se unen una fina sensibilidad, un gran conocimiento del ser humano y un deseo irrefrenable de dejar al desnudo sus pasiones, debilidades y tropiezos racionales con los que se teje y desteje la mortal madeja de su destino. A esto se empareja su dominio de la narración, su gusto por el cuento corto, y el don que Bazán tiene para construir o edificar por medio de la ?anécdota? o el ?chisme? una gran historia ?de cuya moralina mucho se aprende?, escrita con elegancia, sobriedad, y siempre con dosis de misterio, intriga y guiños al lector.
En el carácter vital y transgresor de la letra de Bazán se respira la tensión política de la España de finales del XIX entre tradicionalismo y liberalismo. El escenario literario de los cuentos de la excepcional narradora gallega representa la transición entre el romanticismo tardío y el modernismo. Tragicómicos y románticos, sátiro-burlescos e intencionadamente recatados, llenos de picardía y de malicia unas veces, otras plagados de esperanza e inocencia, exhiben la decadencia moral de una aristocracia rural aislada de la realidad.
¿Qué mejor escenario para denunciar una moral tradicional caduca que el terreno de las pasiones humanas? Y es que solo el amor, sea en versión salvaje o en versión tradicional, es capaz de librar a los hombres del tedio de la existencia de la vida aldeana, y quizá aún más a la mujer hogareña española, que se asfixia metida en el estrecho corsé de la vida recatada ejemplar.
Porque todos amamos y necesitamos saber cómo amar, por eso estos cuentos, que no son otra cosa que descripciones de diversos tipos de amor, o desamor, y de distintas formas de experimentar este sentimiento, esta lectura es un regalo.