La protagonista de esta novela es adicta a lo que ella llama «el portal», un espacio virtual en el que pasa la mayor parte del día observando vídeos ridículos, memes delirantes, noticias falsas, opiniones furibundas y fotografías de gente feliz. Cuanto más cerca acechan las amenazas del mundo real –el cambio climático, la precariedad económica y el ascenso al poder de un dictador cuyo nombre nunca llegamos a conocer–, más profundo se sumerge ella en el vacío del portal. Pero un día recibe un mensaje de su madre que le dará un vuelco a todo y la obligará a reaccionar, aunque para salir del aturdimiento tendrá que lidiar con una amalgama de pensamientos fragmentarios y memes mentales que asoman en los momentos menos oportunos.