El velero Narcissus inicia su regreso a casa, de Bombay hacia Inglaterra, y el gigante negro James Wait se incorpora, muy enfermo, a la tripulación. Caprichoso y tirano, Wait logra avasallar desde el lecho en el que agoniza al resto de los marinos, hechizados y solícitos ante aquella presencia ominosa y oscura.
Entre ellos se cuenta el capitán, Allistoun, severo aunque justo; el viejo y sabio lobo de mar Singleton; el inútil y cizañero Donkin; un cocinero pío e iluminado, y los grandes personajes: el barco, al que todos adoran sin reservas, y el mar, la gran presencia que aísla a los marineros del Narcissus y trasforma la tripulación en una sociedad cerrada y sofocante. Conrad consigue envolver en un aura de enrarecido misterio esta amalgama humana en ebullición que va surcando un océano al acecho y pronto a desatar su furia para llevar a los hombres hasta los límites de su fuerza moral y física.
Teodor Josef Konrad Korzeniowski, Joseph Conrad, nació en 1857 en Berdiczew, a la sazón parte de Polonia y, actualmente, de Ucrania. Era hijo de la pequeña nobleza polaca y pasó sus primeros años en Varsovia. A los diecisiete se enroló por vez primera como marinero en Marsella y llegó a viajar hasta las Antillas. Cuatro años después se trasladó a Inglaterra desde donde completó numerosas travesías que lo llevaron hasta Australia e India. Se hizo ciudadano británico en 1886, después de haber logrado el título de piloto de altura de la marina mercante.
Su primer libro es La locura de Almáyer, iniciado en 1889, donde rememora sus experiencias de juventud en Oriente. Posteriormente, se hizo con el mando de una embarcación en el Alto Congo, peripecia que luego reflejaría magistralmente en la que es una de sus obras más renombradas, El corazón de las tinieblas (1902). Nostromo, quizá la más completa de sus novelas, data de 1904. A todas ellas cabe añadir El agente secreto (1907), Ante la mirada de Occidente (1911) y La línea de la sombra (1917).
Durante la Primera Guerra Mundial regresó al mar para prestar un servicio encomendado por el Almirantazgo británico. Tras un viaje a Nueva York en 1923, murió el año siguiente en Inglaterra. Con ello fallecía uno de los narradores más cumplidos de la historia de la literatura, atento como pocos a los matices más sutiles de la psicología humana y al poder de los símbolos.
Publicada en volumen por vez primera en 1898, El negro del Narcissus se cuenta entre una de las obras mayores de Joseph Conrad. La trama de la historia, según parece basada en hechos reales, repite uno de los temas preferidos de Conrad: varios hombres, arquetipos de la bondad, la paciencia, la inteligencia, la superstición, la codicia, la envidia, conviven en la soledad del mar en un equilibrio frágil cuya consistencia se derrumba ante la aparición del elemento oscuro de la discordia: un gigantesco negro sembrador de cizaña.
La novela, prologada por el autor con un intenso texto que resume las concepciones conradianas sobre el arte y la literatura, ha sido nuevamente traducida para Barataria por José Antonio Soriano.