«Laurent se encuentra a pocas calles de su casa. Aminora la velocidad, respira hondo. Soy Laurent, fingir. Gira a la derecha, la puerta está abierta. El coche avanza por la grava. Se detiene, tira del freno de mano y espera un poco más. En ese instante, le gustaría fundirse en el tejido sintético del asiento. Desaparecer, ya que Mathilda no está.» En el aparcamiento de un supermercado de una ciudad de provincias, Mathilda se desviste. Se quita la peluca, el vestido de seda, se desmaquilla. Pronto se volverá irreconocible. Laurent, en ropa deportiva, acaba de poner orden en su coche. Va de camino a casa para cenar con Solange, su esposa, Claire y Thomas, sus hijos adolescentes. Su vida está a punto de cambiar. Con conmovedora precisión, la delicadeza de la escritura de Leonor de Recondo los acompaña a todos por la senda de una transformación radical.